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Crónica Merindades 2008

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Salgo de Madrid con mi compinche Pablo, a eso de las 2 de la tarde, el viernes. Durante el viaje voy con la sensación de ir a correr algo mítico, algo que existe desde hace mucho, una cita obligada, la carrera que inició a mucha gente en la competición, la fiesta del enduro. He hecho muchas carreras de la copa TT y regionales de enduro, pero nunca antes había venido a Merindades, y Merindades por lo que dicen todos es distinto.

Esta vez nos acompañará un Lechón en su primera carrera: el gran Luis. Viaja con su coche y se ha traído a su novia: “Es que queremos estar juntos”, me ha dicho. Mal sitio y mala actividad para el romanticismo, compañero. Estos lechones….

Cuando llegamos a Loma de Montija a recoger los dorsales ya se ve un ambiente especial: muchas carpas, mucha gente, muchas motos. Nos asomamos al río que pasa por el pueblo y comentamos posibles trazadas. Pablo me avisa: “No te pongas loco e intentes adelantar aquí y hacer otra trazada, que te conozco. Y te quedas ahí, eh?” Tomen nota, señores, de estas palabras.

El sábado llegamos con cierto retraso a la vuelta de reconocimiento. El motivo: nuestro lechón tenía que descansar, que había salido el día de antes. Estos lechones….

Vamos al lío. Hace calor y hay mucho polvo. La explanada de salida es muy amplia y hay más de 100 metros hasta la entrada de la primera curva. Salida eléctrica, para valientes. Después la senda se hace sinuosa y cruza el río prácticamente en zigzag 4 veces hasta llegar al puente del pueblo, en el que ya hay público. Se pasa bien, si se pasa por donde toca. No hay ni que mojarse los piés, si se pasa por donde toca. Pablo se para y me dice: “es fácil pasar, si lo haces como lo hemos hecho. Si ya vas queriendo adelantar y tomas otra trayectoria, que te conozco, la lías. Hay que pasar por donde toca” Yo le contesto: “Pero qué dices tío, claro que lo voy a hacer así, qué te piensas, que soy un novato, o qué?? No te preocupes joder”. Después del paso del río, el sendero se abre y nos lleva a la subida a la cantera, pasando por un tunel debajo de la carretera de ida y vuelta. Aquí en la vuelta de reconocimiento nos perdimos casi todos, y atrochamos 30 kilómetros, de modo que cuando llegábamos de nuevo a la salida nos mirábamos como diciendo: pues no es tanto esto, no? Al enterarnos, volvemos al punto conflictivo y comenzamos a subir a la cantera. Bajo mi punto de vista la parte más bonita de la carrera, con subidas largas y rápidas, alguna trialera, un par de pasos complicados en los que se prevén atascos. La bajada se hace al principio por una senda en el monte con muchos recortes y después por un camino en el que poco a poco van apareciendo unas roderas secas de casi un metro, que con los claroscuros del sol se hacen casi invisibles; una zona muy peligrosa.

Después de esto se llega a un río seco, en el que hay que pasar primero varias rocas que hacen escalones más altos que la cintura; un sitio de esos que cuando llegas dices: me he equivocado, por aquí no pasa una moto. Sin embargo, tiene un paso, y es importe localizarlo porque por ahí se pasa fácil, y si no, le puedes echar unas horitas sin la garantía de que salgas. Después de esto el cauce del río es de piedras sueltas: zona rápida para los buenos, un infierno para los malos, de varios kilómetros. Después se vuelve a pasar el puente de doble dirección y se vuelve al río, a pasarlo y repasarlo otras 10 o 12 veces. Aquí hay sendas muy oscuras, muy recortadas, algunas húmedas, todo muy angosto. También hay un par de bajadas de piedras que los pro no recuerdan después, pero que a los demás nos dan vértigo. Creo que todos conocemos a alguien en la carrera que se ha caído aquí. La peña te dice: “Pero si es fácil, tú deja caer la moto”. Deja caer la moto, mis cojones.

Finalmente a la meta se llega por caminos y sendas que van atravesando fincas que parecen abiertas para la carrera, y cuando tienes la sensación de que es la última siempre hay otra.

El circuito mide en total unos 55 kms y no tiene ningún paso imposible, pero os aseguro que tampoco tiene 100 metros de tregua: es constantemente bacheado y sinuoso; un rompebrazos en el que se puede correr prácticamente con una moto de dos marchas (primera y segunda, coño, que no os enteráis).

En la cena del sábado coincidimos en que la salida es fundamental: habrá atascos en el río y salir adelante puede ahorrarte muchos minutos de estar parado. Me concentro en ello.

El domingo amanece con mucha niebla. Mierda. ¿esto es bueno o es malo??? Más calor, más humedad?? Con gafas, sin gafas?? Yo me concentro en la salida.

Son las 9 de la mañana. Se respira ansiedad. La gente mira sin ver. Los corazones a mil. Subidones de adrenalina. La gente está como envenenada. El alcalde es el encargado de dar los banderazos de salida y se sorprende de la trascendencia de un simple movimiento de su brazo. Esto sí que es poder, chico: “Menudo estruendo cada vez que bajo la banderita…” Salgo en el tercer turno. Me concentro. Oigo el altavoz a lo lejos en el que suena la voz aguardentosa de Ignacio: “Tres vueltas, tres vueltas, no hay neutralización, asistencia antes de meta, etc” Sólo miro al alcalde. Lo miro, y… zas! Baja la bandera!. Salgo corriendo como un poseso, cuando estoy subiendo el pie derecho ya estoy dándole al botón; cuando estoy montado en la moto aún veo a gente que viene corriendo. Soy el puto primero que sale de la parrilla. Vamos Rafa! A por ellos!! Ahora a la curva también el primero…acelera más. Joder! El primero!! Quién te lo iba a decir!!. Abro gas, pero lo abro de verdad. La moto se levanta. Suelto y pienso: ya cae… y abro otra vez, y la moto más arriba. Mi liderazgo dura apenas 20 metros. Con el caballito me han pasado 6 ó 7 y llego a la curva el décimo aproximadamente. No está mal. Fuera tapones…salvo que el tapón lo haga yo.

Esta es mi sensación de la salida; luego lo veremos en el vídeo. A lo mejor no era el puto primero ni llegué décimo a la primera curva que como dice Samuel Jeep, creer que vas rápido no es ir rápido.

Me quedo a 5 metros del que va delante y sólo miro a su casco, pasando por donde va él. Si no se cae yo tampoco. La polvareda es inmensa y hay niebla. Sólo veo el casco del pollo, ni siquiera la moto. En estas llegamos al río; ahora se espera una fila india hasta que dejemos el pueblo, en los cinco pasos del río. Bueno, todos esperan una fila india. Yo no. Yo soy el más listo, el más rápido, el más agresivo. En el tercer paso del río decido adelantar a unos cuantos y elijo una trazada alternativa. ¿Cómo no la vimos ayer???? Raaaaaaaaaaaas, acelerón, fuera pegatinas y chooooof. Me quedo empozado en la orilla, Empozado hasta las trancas. Tiro de la moto y no se mueve. No se mueve ni un centímetro. Hay un fotógrafo al lado. Lo miro implorante. No me puede ayudar; me dice que cuando pasen pilotos me ayuda: ¿Pero si quedan 400 por pasar???!!. Pasa Pablo y me lo imagino pensando:”anda que no te lo dije”, pero la cosa es que no para. Un poco más adelante se queda una moto y aprovecho la coyuntura para empujarle un poco y pedirle ayuda. Le pongo las manos en señal de rezo. Su amigo y él paran y me ayudan a salir: chicos si leéis esto, desde aquí os doy de nuevo las gracias por la ayuda, de corazón.

Vuelvo a la carrera. Llego al primer control; miro el dorsal del de delante: aún estoy con los de mi turno de salida. Llego al puente del pueblo y lo flipo: hay cientos de personas, pero cientos. Un piloto pasa por delante de los arcos para acortar el tramo de detrás, y recibe una bronca multitudinaria, sonora: buuuuuuuuu!!! Cabrón! Tramposo!! brutal. Pero cómo coño puede haber tanta gente a las 9 de la mañana, un domingo, aquí?? Me encanta Merindades.

Mi próximo objetivo es pillar a mi compinche, y al lechón. Esto del enduro es un poco como la fórmula 1, que aunque no ganes si quedas por delante de los de tu equipo, pues ya está bien. Si no, no hay derecho a dar consejos, ni opiniones, ni decir qué han hecho mal, ni cosas de estas; además, qué coño, que enseguida todo se sabe.

Con la poza me he quedado totalmente enfangado, las gafas negras, y no las puedo limpiar porque no tengo ni un centímetro cuadrado de ropa sin barro. Voy sin gafas, y con el polvo y la niebla me empiezan a llorar los ojos. Pero quiero más gas. Por fin pillo a Pablo; le pido que me ayude con las gafas y lo intentamos, pero él también va lleno de mierda.

Al coronar la subida a las canteras se disipa la niebla, la carrera ya se ha estirado. El día es bonito. En el escalón de bajada justo después de la cima, donde había una bandera roja delante, me meto un hostión del quince. Al bajar se me clava la rueda de delante y caigo de boca con la moto detrás, en la espalda. Joooooooooooder. Me retuerzo. Jadeo. Consigo quitarme la moto de encima; aún no tengo certeza de en dónde me he hecho daño; el dolor es masivo y confuso. Uf. Levanto la moto. La giro, La arranco. Arranca. Vámonos.

Como me atasque en las raíces lo flipo. Es otro escalón de subida, sin paso alternativo, en el que hay unos chavales de la organización ayudando. Están sentados al lado y te empiezan a decir que le des desde 10 metros antes: Dale, dale!! Sin miedo dale!!! Con estos ánimos se ahorran muchos empujones: han decidido que es mejor gritar que empujar. Hacen bien.

Empiezo a bajar. Ya sé con toda claridad dónde me duele: me duele el muslo derecho. Me duele mucho joder. Casi no me puedo poner de pie. No pares, vamos….

En las roderas me dobla la primera BMW. Pero qué es esto??? Debe de haber algún error; a ese tío no le puede haber dado tiempo a dar una vuelta y haber llegado hasta aquí. Algo ha hecho mal. Es imposible. Imposible pollas. Y al final ni ganó. Ganó Pellicer.

Las piedras grandes del río me las paso bien; hay muchísimo público. Muy buen rollo. Cuando salgo al puente de bajada de las canteras, donde el error del primer día, tengo una sensación que estoy seguro de que tuvo mucha gente: me digo: “Bueno, ya no queda nada. Ya un par de tramos y la meta”. Esos 15 kilómetros de sendas oscuras, cruces del río, salidas a campo abierto y vuelta a la oscuridad, se me hacen eternos. El terreno está permanentemente bacheado y sufro mucho al ponerme de pie. Ya hace mucho calor. No estoy seguro de cuánta agua me queda. Voy con la sensación de haber perdido la noción del tiempo, pero llego a meta. Están ya Pablo y Luis, el lechón. Pablo me cede el honor de poder dar una segunda vuelta porque “alguien tiene que poder conducir hasta Madrid”, o porque está fulminado más bien. Luis dice que se ha caído como doce veces. Un precio demasiado alto para una carrera de éstas. Reposto, me como un plátano, pido a Marisa, la novia de Luis, que por cierto ha resultado ser majísima e incluso parece que lo está pasando bien, que me limpie las gafas. Me bebo un botella de agua, me lleno el camel back que ya iba casi vacío, pido a mi mochilero Pablo que me echa gasolina y zumbo.

Son las 11:30 de la mañana y ya se ve que el circuito está mucho más vacío de motos. Se ve que la banda se ha empezado a retirar. Comienzo a rodar solo, buscando mi ritmo. Sigue habiendo mucho público. Dosifico las veces que me pongo de pie porque no sé si me aguantará la pierna. El calor se hace insoportable; rezo porque no me empiecen a dar calambres.

La segunda vuelta es psicológicamente durísima porque por cada piloto que adelanto a mí me adelantan 5. Y me adelantan follados, como diablos. Por lo menos el polvo dura poco, porque a los 10 segundos ya no los veo….

Los chavales siguen en el escalón, y 10 metros antes empiezan: Dale, dale dale!!! Qué zorros: se han hecho la mañana a fuerza de dales.

Continúo la vuelta procurando no pensar en nada más que en no caerme. Si me caigo un par de veces más ya no estoy seguro de poder levantar la moto. Me veo desde fuera moviéndome como un astronauta, lentamente. Pero no paro: en estas ocasiones nunca hay que parar, es sorprendente lo rápido que corre el tiempo cuando paras.

La historia se répite: los últimos 15 kilómetros, revirados y oscuros no acaban nunca.

Después de un sufrimiento agónico mezclado con una satisfacción y un subidón que sólo pueden comprender los que hacen enduro llego a meta. Desvestirse es un mundo. Sudor, polvo, barro, sangre…doy asco.

El lechón tarda casi una hora más en acabar la segunda vuelta, pero ya no es el lechón, es el gran Luis. Al irme antes le he dicho: “te puedes quedar y descansar, o puedes salir a la segunda vuelta y te estarás felicitando lo que queda de verano por haberlo hecho”. Durante esa hora de espera me arrepiento de habérselo dicho, no sea que esté por ahí en uno de esos sitios que no sabes ni dónde estás. Pero llega, llega contento. Es un puto valiente, claro que sí. Ya tienes la mejor cualidad para hacer enduro, Luis: cojones.

De los 500 inscritos apenas 50 han conseguido dar las tres vueltas, y sabéis lo que os digo?? Que me parecen muchos…Porque, cómo coño se le dan tres vueltas a esto en 5 horas sin que te tronches???

Las Merindades son especiales, es verdad. Y de nuevo gracias a los dos chicos que me ayudaron a sacar la moto del río.

(En breve colgaré un vídeo y unas fotos)

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UNA MUY BUENA CRONICA Y MUY ACERTADA, CORRIO MI HIJO CON 17 ANITOS, SU PRIMERA CARRERA, POR CIERTO, VAMOS UN LECHON, Nº 230, EL PROXIMO CORRERE YO CON EL, HABER SI ME AGUANTA EL CUERPO, DIME TU DORSAL Q TENGO MUCHAS FOTOS.

SALUDDOOOSSS

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UNA MUY BUENA CRONICA Y MUY ACERTADA, CORRIO MI HIJO CON 17 ANITOS, SU PRIMERA CARRERA, POR CIERTO, VAMOS UN LECHON, Nº 230, EL PROXIMO CORRERE YO CON EL, HABER SI ME AGUANTA EL CUERPO, DIME TU DORSAL Q TENGO MUCHAS FOTOS.

SALUDDOOOSSS

WENAS!!

yo tengo el 288 por si hubiera alguna...

gracias!!

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buena cronica si señor, lo has descrito bastanta bien.Yo es la primera vez que iba y ya tuviste narices de dar dos vueltas, yo solo di una y otra que di el viernes de reconocimiento. Si bien es verdad la primera vuelta del viernes tarde hora ymedia mas que el dia de la carrera, pero tuve momentos de verdadero sufrimiento.Un saludo :lol: :cry: :roll:

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muy buena la cronica si señor

pues nada k yo era el primer año k e ido

y solo di una vuelta en carrera

pero la verdad esk ami el recorrido me a gustado muxo

y eso k ami el canto rodao no se me da nada bien

pero weno el año k viene otra vez estare alli

aver si teneis fotos de estos dorsales

enga dorsal 162 y 163

gracias

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Cronica buenisima.

Haver si por favor ese fotografo caritativo tiene alguna foto con el número 270 que era yo. Grcias.

Por cierto estas son las primeras merindades que hago y el domingo me decia que no volvia pero hoy ya estoy estuniando los preparativos para el año que viene.

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Felicidades por la cronica, de las que hacen aficion de verdad,te hace meterte en la carrera y sientes el sufrimiento,el dolor,pero el sabor de la gloria de poder terminar una carrera con lo mucho que cuesta eso,me alegro de que lo pasarais bien,mis amigos tambien estuvieron alli y lo pasaron genial tambien,y como no alguno que otro pues tambien se hizo algo de pupa,asi son las carreras,o mas bien.

EL ENDURO. :wink: :wink: :wink: :wink:

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Una cronica cojonuda rtorres.

Encantado de conocer a bireactor, de paso me dio una leccion de como se va rapido en las bajadas.

A mi la carrera se me dio bastante bien, seguro que nos juntamos en algun momento rtorres.

Si alguien tiene fotos del dorsal 21 (yo) o del 15 seran bienvenidas.

Os prometo cronica.

img1123mediumeb9.jpg

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