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Crónica Nacional Enduro Santiago´13. Mañana os reiréis menos

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MASTER JOSEMA
Tío, tienes un don y aunque te duela no es el enduro. ¿Naciste así o lo entrenas?

Este rtorres debe ser consultor informatico, hacker, publicista de webb y ademas escritor. Tiene cultura y buen rollo endurero. Sus amigotes deben esperar el lunes a ver "como los deja". Hasta escribe en ENDUROPRO. EL PILOTO.

VENGA, la segunda entrega...

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El momento se acerca. Viajes, preparativos, presentaciones, briefing, hojas de tiempo…todo queda atrás. El momento de la verdad se acerca.

Antes en los nacionales me iba a la salida a ver cómo arrancaban los buenos. Cuando los has visto un par de veces, te das cuenta de que no es nada especial. Piden que la gente vaya a primera hora, y arrancan, y se van despacito.

Ahora llego unos 20 minutos antes de mi hora. Vamos en taxi a la plaza del Obradoiro; todo muy bonito, pero con problemas de logística.

El taxista se sorprende un poco de que nosotros seamos pilotos de verdad, de los de la carrera de las motos, de las de guardabarros altos, de esas que suben palmonte.

Quizá se imaginaba pilotos más delgados, o con más pelo, o algo más jóvenes, aunque nosotros nos consideramos a nosotros mismos bastante jóvenes. Siempre recuerdo al Galápago, explicándonos que las chicas de los pueblos venían con toda la ilusión, y cuando nos venían se preguntaban al oído unas a otras:

- Pero dónde están los pilotos?? Aquí sólo están sus padres, no???

Sin embargo cuando le pregunto al taxista que cuál de nosotros tiene más pinta de piloto, sin dudar me señala a mí. Esto me satisface en secreto, y me da más seguridad si cabe, porque confío en mí mismo a tope.

Catedral de Santiago.

Imponente.

El sol asoma por detrás.

Retumba el eco de las motos.

Magia.

Pase lo que pase luego, este momento ya no nos lo quitarán.

Saludo a los chicos que esperan su turno. Cuando vas a una carrera y conoces a más de la mitad de los que van a correr quizá empiezas a tener un problema.

Yo me alegro de verdad de saludar a algunos. No a todos, pero a algunos sí.

Siempre me alegra saludar a Ángel Arribas. Muy fino y agresivo dando gas, pero que ahora ha montado un equipo cada vez más potente y se sacrifica por él llevando las estrategias. Es un tío simpático, unánimemente simpático.

Pedro Gómez de Balboa me hace la foto que ya habéis visto por todos lados. Estoy aprendiendo a posar muy bien, y me cuesta poco trabajo. Lo llevo dentro.

Por fin me llaman. 307.

Ahora no me tiemblan los dedos al despegar la pegatina de los tiempos, ni la mojo con el sudor de las manos, el sudor del estrés. La despego y la pego en la morcilla. Punto.

Rodando por asfalto, llegamos a la extrema.

Al bordearla veo a un tío despanzurrado. Lo están subiendo en la camilla. Se mueve. No es lo peor. Es de los pros. Esto está mal para él, pero al resto a veces le viene bien, porque calma un poco las ambiciones, y por tanto los riesgos.

Hay una balsa de piedras nada más salir, y no se sube fácil. Como todos esperan a que se quite el de delante, se retrasa cada entrada en la crono.

Se forma un tapón inmenso.

Más grande que los de la Basella.

La ansiedad se respira en el ambiente.

La crispación, la desesperación.

Imagínate a 60 pollos en sus motos, apretados en 20 metros cuadrados. Cada vez que sale una moto, TODOS arrancan. Y no nos movemos, porque una moto libera muy poco espacio.

Hago un experimento sociológico, y compruebo que en una situación extrema como ésta los grupos humanos buscan vías para estallar y liberar su furia.

Si yo digo:

- La extrema no la tenían que cronometrar en la primera pasada!!

´

Diez tíos gritan dándome la razón, golpean sus escudos, escupen, bufan.

- 100 horas de preparación para palmar en un atasco. No hay derecho!!!

La muchedumbre se agita. Relinchan los caballos. Acarician las espadas…

Si enciendo la moto aunque no salga nadie, se encienden otras 30. Por qué???? Oh!, la masa junta, qué grandes misterios…

El ingeniero, el profesor, el empresario, el mecánico, el parado, el pastelero, el camionero, el probador de coches de Toyota…

Todos con la furia desbordada.

A codazos me llega el turno.

Allí está el pedregal. Qué fácil se veía el viernes.

Con el primer clonk solo alcanzo un metro de los 20 que tiene. En Madrid no podemos montar en la sierra, pero me lo han contado los que lo hacían antes en los tiempos antiguos, los que peleaban con las rocas de granito:

Si no pasas de pie, te bajas, y sin acelerar la moto la vas llevando. Con suavidad.

Con mi nombre en la espalda bien claro, que yo nunca me escondo. Me han filmado, ya lo han puesto por ahí.

Otra vez el vídeo a cámara lenta. Yo en los vídeos pierdo mucho; se me da mejor posar para las fotos…

Después de las piedras, empiezan las curvas, muy cerradas, con cortados y saltos. Estoy redondeando bien.

Me concentro en dibujar las curvas en segunda, a un solo golpe de más.

Sintiendo la moto. Sintiendo los apoyos. Sujetándome en las inercias.

Al salir me giro a mirar el reloj. Antes me giraba sin mirar nada, porque veía que todos se giraban, y entonces yo por imitación al acabar una crono también me giraba, para que el público viese que yo me giraba como todos, porque era como los demás.

Después me di cuenta de que miraban el reloj.

5:50.

Aquí tengo un subidón.

Esta vez no soy el último. He visto que muchos pasaban de 6. Joder!! Esto marcha! Te lo dije! Lo sabía!!! AAAAAAAAAAuuuuuuuuuuuuuuuuuu!!!! Vamos a por ellos!

VAMOS A POR ELLOS!!!

Dos días dando clases con Karlofa, y mira. Enchufando en las cronos. Era eso. Era eso joder.

Doy un par de gritos de desahogo.

- JAAAAAAAAAA!! VAMOSSSSSSS!! RAFA VAMOSSSSS!

A ver, sé que no le he ganado a muchos. Pero a algunos sí, porque juro que esperando vi varios 6 y pico. Esto significa que si no penalizo, y no falla nada, puede que no me quede el último. Que no me quede el último como siempre.

Así que me meto al rally a tope. Al perder tiempo en la entrada a la crono, muchos van a palmar. Está muy claro que ese control lo van a quitar. Sin embargo, yo por si acaso intento llegar, porque ya que no voy el último a ver si me mantengo. Esto no pasa todos los días.

No disfruto de nada. No veo nada. Sólo me centro en fijarme en los círculos, en las flechas, y en poner la moto a tope en cuanto está recta.

Al cabo de unos 20 minutos llego al Monte do Gozo y me meto al control. 4 minutos de retraso.

Pero Cámara ya no está. Se ha quedado en el tapón. Ni ninguno de los que salían antes que yo, de los que iban con Julio. Vale, esto significa un par de cosas:

1.- No están llegando al control, así que yo no lo he hecho lento.

2.- Si anulan el control, aún no voy mal, porque en la crono no era el último.

3.- Si no anulan el control me los fundo.

Ojalá y no lo anulen. Que nos da igual cómo quedamos, que venimos a divertirnos y a no hacernos daño. Pero que si no lo anulan, no voy a protestar.

Entro en la especial sin tener ni idea de cómo es. Improvisando cada curva. Muy resbaladizo. Hierba como la del mundial de Francia.

No caerme.

Dejar correr la moto.

Fluir.

Estirar la curva.

La moto debajo.

El pie apretando la estribera de fuera.

Marchas largas.

Esta no es de las mías. Yo necesito un poco de roderita; no es que la encarrile muy bien, pero me dice por donde trazar. Casi 8 minutos de crono.

Jadeando me voy al rally. Sin parar. Sin repostar. Sin beber agua. Aquí me la juego.

El cartel de rally: el monte. La otra flecha: CH2. Ahora al monte. Luego al CH. “no os volváis a ir al monte…” aún me da tiempo a sonreír al coger la senda.

Mira, ahora yo te voy a decir la verdad. Tú oirás muchas cosas distintas, pero yo te voy a decir la verdad.

Lo que vas a oír es: “el rally no era difícil, tenía trampas”. “Dos trialeras, pero al principio había alguna pista”. “Un rally pesado, pero sin sitios complicados”.

Verás, el rally del nacional de Santiago, el largo vamos, el de los 80 minutos, era larguísimo con mil putadas. Y apretadísimo. Al empezar tenía una subida eterna, en la que había muchas motos danto la vuelta, y atascadas. Un cortafuegos gallego negro, en el que se van desenterrando piedras redondas y brillantes.

Público arriba, recortado contra el cielo como los indios.

Luego una senda sinuosa de bajada, entre mucha vegetación, con varias pozas que había que esquivar, con torrentes de agua cruzándola.

Después unas pistas hacia una trialera nueva.

En las pistas no vayas a 60, ya te lo digo. No llegas. Tampoco puedes ir a 130, porque está prohibido. Y porque mi moto al menos no llega, aunque en el Moto Verde digan que sí. Lo sé. Sé que no llega a 130.

Otra subida infinita. Negra. Gente atascada.

Al principio dudo. Si los demás, fallan…yo también??? No. Soy un buen remador. Con el tiempo he llegado a ser capaz de estar en esfuerzo máximo 10 minutos y recuperar en 5 sin parar a descansar, en marcha. Y eso hago. Ya sabéis que corro maratones gratis, con lo que me sobra de la moto. El enduro nos convierte en superhombres…a los que somos malos.

Corono, y para abajo.

He dejado a unos cuantos atrás.

Después de esto queda más de una hora de sendas, caminos rotos que cada vez lo están más, cortafuegos suaves, contrapendientes, vadeos.

Más de una hora. Si te cae un gotazo de barro en las gafas, no pares a limpiarlo. No llegas. Si te pica un pie, te jodes. Si se te caen los pantalones, te los subes al sentarte en la moto contra las ingles, apretando los testículos, bueno los huevos que somos endureros.

Si tienes sed esperas; en realidad ni la notas.

Todos tus sentidos se centran al 100% en los 30 metros que tienes delante.

Se asume que te has de caer tres o cuatro veces, y hay un factor de suerte con el que se ha de contar: que no se rompa la moto, ni te rompas tú. Ni que te llegues a hacer tanto daño que te condicione y merme tu velocidad.

Pero 60 minutos así, más los 20 que ya llevas son muchos.

Si no has ido a carreras de éstas no sabes cuánto es. No lo sabes.

En las salidas con los amigos no pasarás de 20 minutos seguidos, pruébalo.

En las resistencias, las vueltas son cortas, de modo que tienes una certeza de lo que hay.

Aquí la concentración es máxima, y no sabes cuánto queda ni cómo vas. Si es suficiente, o si no. Además como la carrera se ha roto en la extrema no sabes si los que vas encontrando o te pasan son buenos, tienen más tiempo, miden bien la velocidad…

80 minutos así es mucho tiempo.

Cuando faltan 17 para mi hora límite me entra la reserva. Algo está fallando. Ahora creo que al llevar una braga tapándome los oídos llevaba la moto más revolucionada que normalmente, pero en ese momento pienso que algo puede fallar. No muy grave, porque he hecho bastantes kilómetros, pero algo falla seguro.

Y sé que faltan 17 minutos para mi hora límite, pero no sé cuántos kilómetros ni cuantos minutos de hecho.

O sea, que puede que no llegue.

Dudas.

Le sigo arreando?, o mejor aseguro llegar no dando mucho gas.

2 minutos conservador. Después, a la mierda todo. Otra vez a fondo.

Eso sí, tengo que parar en la asistencia a repostar. Antes del CH.

Varias veces pienso que tras esa curva ya está el asfalto. No.

El tiempo pasa con una cadencia angustiosa.

Entro a la carpa a minuto y medio de mi hora. Cojo yo la garrafa y echo gasolina sin embudo (y sobre la alfombrilla). Sin dejar de mirar el reloj…. Decidiendo cuándo compensa el riesgo de salir con suficiente gasolina.

Allá voy.

Faltan 10 segundos.

9, 8, 7….

Control

2 segundos tarde. Increíble.

Un minuto en la tarjeta.

Pero estoy solo otra vez. Esto significa que los míos no están llegando. O lo que es lo mismo, que el rally también está duro y apretado para los demás.

Buah!! Acabo de releer. Menuda intensidad!!! Y sólo son las 12 del sábado!

Cuando acabo la primera vuelta, un chip de confianza se me pone en verde en la cabeza. Ya sé a qué me enfrento.

Esto es bueno y malo, porque cuando salgo a la segunda vuelta sólo pensar en el esfuerzo del rally me da ganas de vomitar.

Me concentro. Las horas centrales del día no me resultan muy vitales, nunca lo han sido. Eludo hacer cosas importantes en esa parte del día. Hoy no me queda más remedio que actuar y afrontarlo.

Después de la segunda trialera me engancho a un piloto que me lleva muy bien, en el punto justo de ir forzado para seguirle sin arriesgar mucho.

Esto es muy importante, porque los pasos en los que hay que decidir él toma la decisión por mí.

Yo aún no tengo claro por dónde pasa una moto y por dónde no. Mejor si lo veo.

A veces, si decido yo, hago auténticos disparates.

Por las referencias que tomé antes, voy un minuto o minuto y medio mejor. Ya hay muchos socavones, y esto desgasta, pero no tengo que repostar, así que llegaré bien.

Hasta que me caigo en una zarza. Bueno, hasta que me caigo exactamente no. Hasta que decido cómo salir (yo no debo decidir estas cosas, mejor que me las digan, os lo acabo de decir). Mi decisión es ésta:

Acelerar y salir atravesándola.

Qué error…. Oh! Qué error!! Cuando tomo conciencia de la moto atrapada me entran ganas de llorar. Álex Sanz me pasa y me dice:

- Vamos piloto!

Otro me dice:

- Ahí me caí yo en la primera vuelta!!- muy alegre de no ser el único gilipollas.

Tirando de la moto, noto el sudor por el pecho, los hombros la cara.

Desesperación.

No se mueve. Nada.

Al final, decido quitar la zarza en vez de la moto. A tirones, con violencia. Pinchazos lejanos en las manos, en ese momento un dolor menor.

Afú, afú, afú, afú.

Voy a explotar.

La moto ya se mueve un poco.

Cuando consigo salir, no grito de rabia porque no me quedan fuerzas. Y cada bocanada de oxígeno tiene que ser para los pulmones, para nada más.

Estoy tan agotado que me caigo dos veces en cinco minutos.

Y llego dos tarde al control.

Maldición.

La ansiedad.

80 minutos con la mente al 100%. 10 segundos de relax son el desastre.

Moto al parque cerrado. Asistencia Husaberg de lujo; Juan Angel me repasa los radios con cariño.

Estoy el noveno en la clasificación.

De 17.

No soy el último. Por mucho. Con la anulación del primer control, décimo.

De un puto nacional. OOoooooohhh! Sí!!!

Recuerdo mis trucos del piloto: por bien que quedes no tienes que parecer demasiado contento.

Mañana os reiréis menos…. Pues yo me estoy riendo!!!. Solo, escondido, para que no me vean… JUUUUUAAAASSSSS!!!

Y el domingo…el domingo me pienso reír también. Estoy seguro!

Pero….a estas alturas debería saber ya que reírse en una cosa de éstas dos días seguidos es muy difícil….

continuará

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joer que emocion .... esto es vivir metro a metro la carrera, hasta me da ansiedad ja,ja.

salgo de lleno jejejej el segundo que sale. gracias por ponerlo.

de nada je,je, solo grabe a partir de C pues son los de mi quinta ... despues no grabe mas que estaba de camino para

Portugal a a correr la 2ª del Nacional portugues....aqui estamos vetados por nuestra fede :evil: :evil:

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Esto es suspense y no lo que hacia Sir Arthur Conan Doyle!! Mira que te salen bien las cronicas, eres el reportero mas dicharachero del foro con diferencia. Ansioso me tienes por leer la continuacion.

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Rafa, increíble!!!!

Me haces visualizar la carrera al completo, es impresionante tu habilidad con las palabras...

Si tuvieses un libro LARGO Y GRANDE lleno de estas cosas me pasaría el día leyendo sin cansarme.

Si vas al dakar alguna vez no puedo ni imaginármelo!!

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