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Ya soy endurero! (Fotos!)

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Pitágoras

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Pues ahí estaba yo, con una sonrisa de oreja a oreja, subiendo la moto a la furgoneta.

Y es que desde los 8 añitos llevo pidiendo la moto de enduro. "A los 16 te compraré una moto hijo, pero te tendrás que sacar el carné para ir en regla" y nada más que de pensarlo, pensar en ese futuro tan lejano y alegre, era feliz. Sabía que mi padre iba a cumplir su promesa, confiaba en él.

Con 8 o 10 años ya andaba con una "minichopper" china de mi primo. Qué recuerdos de ir dos personas en ese silloncito, gas a fondo, y que no subía. "Pues bájate" decíamos el que conducía al paquete. Éste se bajaba y a empujar, que, aunque ya solo iba uno montado, era salir en cuesta y se le apoderaba. Era una cascarria pero cómo fardábamos. Éramos la envidia de la cuadrilla. La parábamos en la puerta del bar, nos comprábamos algo y salíamos a contemplar la burra con los amigos. También tocaba llevar a las chavalas, y esto no era nada agradable, no. Al principio bajabas todas las cuestas que veías a ver si te embalabas y la impresionabas, hasta ahí muy bien, pero, ahora cómo subo? "Pues por donde he bajado", pues no, había que estar media hora dando rodeos para no coger cuestas, porque no es propio de un caballero decirle a una señorita "Anda, bájate a empujar que la moto no puede contigo, so gorda". De todas formas alguna vez tocaba hacerlo, pero, al fin y al cabo, qué más daba? Si en esas edades ni pensabas en las mujeres ni en caballerosidades...

A los 12 o 13 años, vimos una Mobylette en el garaje de mi primo (con el que iba en la "minicustom"). "Pedazo burra" pensamos los dos. Intentamos ponerla en marcha con ayuda de mi tío, y acabó yendo al taller la jodida. Mientras estaba en el taller, mi padre me dijo que un amigo suyo tenía otra Mobylette y que me la daba. Acabé convenciéndolo de que me dejara, y madre mía. La sacaron de un pajar y la pusieron en marcha. Me di una vuelta por una era que se me hizo un mundo de felicidad. La llevamos a casa y a dormir. Al día siguiente, le hinché las ruedas, la limpié un poco y ya era un mecánico digno de un diploma. Me fui por los caminos y, a unos 2 km de casa, no sé qué ostias pasó en el embrague, que se quedó todo pillado y no giraba ni el plato, ni la polea, ni la rueda. Yo me sentía en el culo del mundo y encima con la moto rota y sin poder llevarla rodando. Llamé a mi padre a ver cómo salía de ese aprieto, vino andando, le quitó la correa y la llevamos empujando a casa. Una vez arreglada, ya teníamos dos motos, la minicustom y la Moby. Éramos toda una banda motera. Pocos días tardó en reventar la rueda de la mini, y no volvió a ser la misma. Recuerdo que lo intentamos apañar con cinta americana, y aún andamos bastantes km con aquella chapuza :lol: Cuando trajeron la otra Mobylette del taller, nos sentíamos Dios, independientes, libres, podíamos ir a cualquier lugar del mundo, no había límites, teníamos dos Mobylettes! Estos años han sido geniales con ellas. Hemos hecho verdaderas kilometradas por los caminos (no íbamos muy legales). La más larga fue, hace un tiempo, que nos fuimos a comernos un kebab a una ciudad que está a unos 20 min en coche por la carretera. Nos costó nada más y nada menos que 3 horas ir, y otras 3 volver. Nos perdimos en un laberinto de caminos totalmente iguales, rodeados de almendros y con bastante hambre... Tras media hora dando vueltas y pensando que no nos iba a llegar la gasolina, llegamos a nuestro destino. El kebab fue una mierda, pues estábamos con prisa y asustados pensando en la vuelta. La vuelta fue cojonuda, cada vez más cerca de casa, sin averías, tranquilos...

Antes de cumplir los 16 ya estaba en la autoescuela haciendo tests para mi flamante carné A1. Era un coñazo, pero sabía que iba a merecer la pena. Las prácticas ya fueron otra cosa. Era la primera vez que iba por la cerretera sin miedo a las autoridades, y de las primeras que montaba en una moto en condiciones.

Ese futuro tan lejano y alegre ha acabado llegando. Hice bien en confiar en mi padre, lo sabía! Tengo a la mayoría de la familia en contra, pero simplemente me da igual: Yo soy feliz, sea o no peligroso...

Habiendo contado todo este tocho, sólo me queda decir una cosa:

GRACIAS PAPÁ, espero no darte ningún disgusto y que no te arrepientas de haberme dejado coger la Mobylette, haberme venido a buscar cuando me dejaba tirado, y comprarme la enduro.

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Buena Pitagoras,en redaccion,te pongo 1 diez,vaya pedazo de manuscrito.Bueno, bienvenido al mundo del Enduro,espero que poco a poco vayas entrando en 2 y 4T,aqui somos geniales y te ayudaremos en todo lo que se pueda,pero no me a quedado claro el tema, de si te a as comprado moto o no, con toda la redaccion, no se si se me a pasado,corrigeme,bueno lo dicho por aqui estamos.Saludos Maki-Cartagena.

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Gran moto, gran hijo y sobretodo GRAN PADRE!!! Cuídalo mucho!!!

Y no quieras correr mas de lo que aprendes, para que puedas disfrutar de este deporte muchos años. El enduro como la vida, hay que bebersel@ a sorbitos pequeños.

Saludos.

P.D.: Da gusto leer a un zagal de 16 años escribiendo lo que escribes y como escribes. CHAPÓ!!!

P.D.2: No pongas "," antes de "y". :wink:

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