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Crónica Nacional Enduro Santiago´13. Mañana os reiréis menos

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Vamosss!!! perdonadme, pero es que trabajo en la empresa también por hobby, aunque las motos me han hecho multimillonario. En breve la pongo, la llevo dentro.

Gracias a todos por los comentarios.

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Vamosss!!! perdonadme, pero es que trabajo en la empresa también por hobby, aunque las motos me han hecho multimillonario. En breve la pongo, la llevo dentro.

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Eres grande. Oye, de donde eres?

Mi padre también se llama Rafa y es también muy grande. Lastima que no sea piloto!

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Vamosss!!! perdonadme, pero es que trabajo en la empresa también por hobby, aunque las motos me han hecho multimillonario. En breve la pongo, la llevo dentro.

Gracias a todos por los comentarios.

Deja la empresa que te tiene abducido, lo que importa es la pasta, dejate de hobbyes.

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La euforia poco a poco va pasando, y volvemos a la realidad. Además, tampoco era para tanto, las cosas como son.

Comemos a las 5 de la tarde en la pulpería que han instalado en el padock, vorazmente.

Se empiezan a conocer los resultados de la batalla: muchas bajas. Varias clavículas rotas, alguna costilla, un dedo, rodillas… La primera pasada cronometrada de la extrema desde el asfalto ha sido determinante. Ayer la puesta en escena fue magnífica y parece que la gente se ha revolucionado mucho, se ha hipermotivado.

Además, el rally estaba apretado, más aún para los que se enganchaban en las trialeras (fíjate bien: se enganchaban, ellos, no yo…), y luego había que ir desatado por esas callejas húmedas y por esos caminos rotos. Muchas caídas.

Yo mismo estoy algo contusionado, pero sin ningún dolor intenso. Eso me permite descansar por la tarde.

Amo Santiago de Compostela, es una ciudad que me transmite muchas cosas, pero esta vez hemos venido a competir. A competir y punto.

En la cena en el hotel estamos todos. Cervantes, Santolino, Román, Maestre, Vinuesa, Mena… no me sé los nombres de más. Hay más, pero no me los sé. Reacciono de acuerdo a los principios del piloto que quiere parecerlo, saludándolos por su nombre de pila si se cruzan muy cerca en el buffete, casi sin mirarlos, de refilón. Aquí somos pilotos, coño. Ni me asustas ni me impresionas. Se lo digo a Perea:

- Tú como si no los conocieras. No pierdas seguridad.

Aunque a Perea a estas alturas de la vida le da bastante igual el asunto.

Fermotos se cruza con Cervantes y le pregunta:

- Qué ha pasado hoy, Iván?? Mucha KTM y mucha historia pero te ha metido el Mena, no??

- Mira – con suficiencia total – espérate a mañana y volvemos a hablar…

Tras el repaso de las últimas estrategias, nos vamos a dormir. He recibido bastantes mensajes durante la tarde, por todos los medios disponibles: foros, facebook, twitter, guasap, el obsoleto sms… Me incitan a apretar mañana, y alguno doloroso que dice: “Décimo?? Qué les ha pasado a los demás??”. Un capullo aburrido en su casa viendo Cine de Barrio un sábado por la tarde.

Duermo bien aunque Fermox dice que hago ruidos de moto. Yo creo que es mentira, pero me deja con la duda. Imitar el ruido de la moto es muy endurero; dominamos el 4 y el 2 tiempos, subidas, bajadas. Despierto lo hago muy bien: sé imitar hasta cómo suenan las distintas marcas, pero dormido me cuesta creerlo, no sé.

A las 7 de la mañana estoy despierto. Cuando mi compinche me ve leyendo, le explico que es muy bueno para la carrera, que me lo ha dicho David Knight varias veces:

- Rafa, lo mejor para atacar las cronos es ir bien leído…

En inglés, claro, de la Isla de Man: Rafa the best for de enduro test, etc. Lo que pasa es que os lo traduzco.

Hace buen día. Un poco nublado, sin lluvia. Que el sol no haga sombras me va mejor.

Salimos desde San Lázaro, y la gente ya está más aplacada. No llegan tan pronto a la salida. SI sales a las 10, con que estés a menos 5 es suficiente.

Volver a la moto en estas carreras de dos días el domingo siempre da un poco de pereza. Se tienen que activar las visagras, y cuando te subes el cuerpo reacciona diciendo algo así como:

- Hoy me vas a volver a hacer una putada como la de ayer???? No tío, venga ya. No tuviste suficiente??? OooooHHH! Qué pereza, qué día más largo!

Y en verdad es así, porque ya hay certeza de lo que viene, solo que todo mucho más roto, con más socavones. Ni un metro sin bombardear.

Una ventaja del segundo día es que ya sabes lo que hay, el nivel de tensión que hay que llevar en cada parte del rally, dónde habrá tiempo de descanso y dónde no, cuánto dura la carrera. Sin embargo esto no compensa con lo que se ha deteriorado el circuito, así que normalmente en los controles más apretados dan un par de minutos más.

No me siento mal del todo, y sabiendo que varios pilotos de mi categoría hoy no salen, ilusamente pienso que puedo mejorar mi clasificación. Ayer salíamos 20, hoy 14. Si ayer fui décimo, hoy seré cuarto??? No. Ni mucho menos.

Con estos pensamientos algo ruines me meto en la primera cronometrada. Cubo está en la entrada con el brazo en cabestrillo, y flipo porque da como normal lo que le ha pasado, una clavícula de nada, contaba con ello. Me concentro a tope. Acelero la moto antes de salir. No sé muy bien para qué sirve esto, pero se lo veía hacer a un tío en Valls de Torruella que iba como un avión. Lo seguiré haciendo hasta que comprenda lo que significa, y después lo haré con más gusto (como lo de girarme a mirar el tiempo al acabar).

Ha venido mucho público, y asumo mi rol de que hasta ese momento nadie sabe que soy peor que los primeros. Me muestro crispado, tenso.

Pedro, de la federación me ha explicado en el desayuno que tengo que acometer las especiales de otra forma:

- Marchas largas. La moto cuando patina no corre. No salgas a tope, porque a mitad de especial estás fundido. Torres joder, que tienes que empezar a despuntar ya, que tienes madera, que yo lo veo.

Y yo:

- Sí, sí, sí, lo sabía, lo sabía.

Con todo eso pugnándome en el cerebro salgo, por la inmensa rodera que se ha formado en los primeros metros. La primera curva, en tercera… estirando la moto. Trazándola, dibujándola, rozando la cinta con la bota, y sintiéndola… UAU! Era eso… Era eso!!

Vamos a por la segunda curva. Algo más cerrada. La veo antes de acometerla, recorriéndola con una precisión milimétrica. EL público tiene que estar flipando. Mirando en las hojas de carrera quién es el dorsal 307?? Es famoso?? De dónde es?? Cómo va ese tío, no???

Yeah! Tres consejos bien asimilados y he entrado en el Olimpo de los elegidos.

Siguiente curva. Voy a abrirle más. Puedo con un poco de violencia más. Allá vamos.

Francamente rápido.

Cuando estoy a punto de enfilar la recta, la rueda de atrás desliza, hasta que hace como un tope, y la moto me escupe como a un pelele. En el aire recibo un latigazo de consciencia, de serenidad, que me llega demasiado tarde.

El impacto es importante. Arrastro unos metros. La tierra, el barro, me entra por la cintura del pantalón. Se me corre una rodillera. Se desabrocha una bota.

Doy unas volteretas. Y me paro mirando al cielo, boca arriba. Es en ese justo instante, tras un revolcón durísimo, entrando la mañana, tumbado en el Monte do Gozo, a 600 kilómetros de mi familia, dolorido, con cintas vibrando a mi alrededor movidas por el viento, con ruidos de motor furiosos a punto de estallar acosándome, cuando acude a mí la pregunta eterna:

- Pero qué coño hago yo aquí…?????

Pero qué coño hago yo aquí??? Te ha pasado, eh?? Es importante cuando te pasa esto no regodearte en la penuria, y seguir con otras preguntas como:

“Se habrán levantado ya mis hijos?? Ahora estarán tomando un zumo en pijama…”

“Hace tiempo que no hablo con mis padres, debería llamarles más a menudo…”

“Cómo le irá a Farlop? El capullo ese que siempre estaba de fiesta…joder, qué será de su vida??”

No sigas haciéndote preguntas. No lo hagas. NO LO HAGAS. Sé gestionar estos momentos de bajón. Así que lo primero es:

“Dónde está la moto??” Al tercer vistazo la localizo: allí.

Lo segundo:

“que no se haya roto nada, por favor…”

Arranca. Lo único es que se ha doblado el manillar. Me resulta muy incómodo.

Acabo la crono, y entro al rally:

- Una flecha al monte, a la siguiente vuelta al CH2, no os vayáis otra vez al monte…

Cambio mi estrategia. Totalmente. El objetivo de hoy es no penalizar, y después no tener más caídas salvajes. Y como quede, he quedado. Que ya somos mayorcitos.

Varias veces paro a golpear la rueda contra un árbol para que las cosas vuelvan a su sitio. No siempre se acierta, pero como el tiempo urge llegas, le das. Tiras y valoras. No ha sido suficiente, o me he pasado. Así que con la vista lejana buscas un árbol que te pueda valer para darle otra vez, con el tronco limpio, con la superficie plana alrededor, cerca del camino. Y muy seguro de en qué lado le tengo que dar para girar el manillar hacia la derecha o la izquierda, que antes más de una vez y de dos le daba al revés, y al arrancar me decía a mí mismo:

- Cada día más gilipollas.

Cada día más gilipollas…esto también te lo has dicho, eh?

Con estas historias acabo la primera vuelta sin penalizar, y muy flojo en las cronos. Al llegar a la asistencia miro en el ordenador que voy el 14 de 14, es decir, en mi sitio. A un par de minutos de Julio, penúltimo. Se le están pegando las costumbres del equipo, aunque él es mejor, esta es la verdad.

No obstante ya tengo claro mi camino. No penalizar y punto. Al salir a la segunda vuelta, e imaginar lo que me espera, aunque sea por última vez, otros 90 kilómetros, las tentaciones me atacan:

- Pero qué coño hago yo…-NO!!-Rafa céntrate!!

Todo marcha, todo va sobre ruedas (de tacos, Jo, Jo), todo está claro. Hasta que llega mi ración de poza.

Pon una poza en el infinito y yo te la encuentro.

Después de la bajada sinuosa y oscura, en la que están los chavales.

Totalmente empozado. Angustia, furia. Miedo al fracaso.

Varios tirones descontrolados, acelerando a tope, hasta quedarme exhausto. Los que vienen detrás pasan, uno tras otro.

Maldigo, grito, berreo.

Después me asquearé de mí mismo por escupir semejantes barbaridades.

Hay tres chavales que me han dicho que por ahí se podía pasar. Me cabreo con ellos. Muy mal. Aunque me controlo y no se lo digo porque de ahí sin su ayuda no salgo. Empezamos a tirar los 4 y la moto no se mueve nada. Al pasar un piloto de tantos me dice:

- Ánimo Torres!!

- ¿Cómo la saco???

- La tenéis que levantar de la rueda de atrás, por la rueda de atrás, por el guardabarros!! Si no no sale –grita mientras se aleja.

Y así la sacamos. Tenemos barro hasta en las pestañas. “Ya no llego” les digo. Calculo que podemos haber estado unos 5 minutos. Cómo es posible que haya caído en tantas pozas, y aún no tenga ni puta idea de sacar la moto??? Bueno, cómo es posible que siga cayendo en tantas pozas????

Enfadado, sucio hasta los calzoncillos, agotado, zumbo entre jadeos. A jugarme la vida para llegar a tiempo.

Y no llego. Tengo que entrar a y 56 y entro a 57:00. Un minuto por un segundo. Al principio me enfado otra vez. Me dura poco, total, qué más da.

Y fin de carrera. He mejorado poco hoy: 14 de 14. Otra muesca en el revólver de los nacionales. 360 kms. de endurazo. Hasta vaciarnos, hasta no dejarnos nada.

De vuelta a casa, de noche cerrada, y aún con 2 horas por delante, apaleado, soñoliento, hambriento, le pregunto a Javier:

- Tío, tú crees que esto tiene sentido???

Me mira. Vuelve la vista a la carretera. Respira profundo. Piensa. No contesta…

Y aquí estoy, quince días después, mirando cómo llueve, esperando a que venga Torpedero a por mí para irnos a Cañamero, sabiendo que mañana caerán más de 20 litros en una carrera durísima, pedregosa, probablemente con un 50% de abandono, bien pensada por el Endurovilluercas para hacernos vomitar.

Buscándole el sentido al asunto.

y ya inquieto….

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Gracias!!

No se como irás el campeonato.

Pero como "journalist" del campeonato eres el numero 1.

Dan ganas de ir a correr y a veros solo con leerte.

Y lo de cuestionarse lo del enduro... no es normal? A mi me pasa cada vez que tengo que empujar la moto unas horas hasta casa...

Puse en el foro un hilo de "Estado Mental" para esto...

Creo que en el enduro es un % muy grande de tus posibilidades tu "estado mental" :mrgreen: .

Saludos

Till

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