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Mi primera carrera y mi primer fiasco

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Hola de nuevo a todos.

Para aclarar los conceptos he de deciros primero que esta historia pertenece al año 2009 y que la escribo desde los recuerdos que tengo en mi memoria, que ya no es la que era.

Como ya os contaba en mi presentación en este foro (ver “Me presento…para darle las gracias a Murchi” , el gusanillo del enduro me picó de una manera mas bien fuerte. Al poco tiempo de tener la moto acompañé a mi hijo mayor en su primera carrera y me pareció un mundo muy peculiar y emocionante, de modo que le apunté en varias pruebas de la Rioja y Navarra. Madrugábamos juntos, viajábamos juntos, estábamos juntos, sufríamos juntos, comentábamos las incidencias juntos y yo me sentía un padre dichoso y feliz.

Mientras esto sucedía, mi peroné se iba recuperando (ver mi anterior crónica De cómo jmp61 hizo una excursión.. y de lo que aconteció) y yo comencé de nuevo mis salidas con la moto. Puesto que la caída que me supuso la rotura fue muy tonta, apenas tenía más miedo del que tenía antes de la rotura. Es decir, a mi edad, bastante

Pero poco a poco, me iba notando más y más confiado. Me notaba suelto sobre la moto. Me atrevía con cuestas que al principio me parecía imposibles. Aprendí a remar con mis cortas patas (en este momento, he de recordaros de mis anteriores crónicas que aunque mis patas son cortas, el resto de mi cuerpo está totalmente proporcionado y bla, bla, bla). Me fijaba en lo que hacían mis compañeros de salidas y escuchaba atentamente sus consejos (Gracias, Germán). Era perseverante y hasta que no conseguía subir o bajar no paraba.

Y sudaba.

Sudaba a mares. Los que me conocen saben lo que puedo llegar a sudar debajo del casco. A pesar de algunos inventos inverosímiles que he probado, sigo sudando a mares debajo del casco. En realidad, es una manera de comprobar mis límites. Cuando mis gotas de sudor forman un rio que cae como una cascada, no es bucólico, es que he llegado al final de mi resistencia……

En el mes de junio me disgusté con mi hijo el mayor por el tema de sus estudios y me dispuse a darle en los morros…… Los miembros del Motoclubrioja organizaban una carrera de resistencia que consistía en dar durante dos horas vueltas por un circuito marcado en el monte El Corvo de Logroño. Así que pensé : esta es la mía. Y en lugar de apuntar a mi hijo en la dichosa carrera, me apunté yo.

La carrera se iba a celebrar en el mes de Julio por lo que intuía que el calor iba a ser sofocante. Y empecé a “entrenar”. El lugar de mis entrenamientos era el Monte del Corvo en Logroño. Los que lo conocen saben que es sencillo pero muy machacón por la abundancia de piedras que tiene en su recorrido y por el polvo (con perdón) que se acumula en sus laderas. Solía ir una o dos veces a la semana a rodar durante una hora, lo que me permitió coger una cierta resistencia física de la que carecía hasta el momento. Despues he podido comprobar lo importante que es estar en plenitud de facultades físicas y mentales para el enduro, pero eso es otra historia….

(Aquí he de hacer un inciso para hablar del lugar de mis entrenos. El monte de El Corvo es un monte municipal situado en las afueras de Logroño y que en realidad son dos montes: el propio monte de El Corvo y el de La Fonsalada. Yo recuerdo haber visto con 16 años carreras de motocross en las laderas del segundo. Pero después de aquella época dorada sufrió un abandono total y se convirtió en un vertedero. Muchas de las excavaciones y obras cercanas de la ciudad depositaban los cantos rodados y los restos de materiales de construcción en sus laderas. Con el paso del tiempo estos materiales se iban recubriendo de vegetación espontánea de manera que han ido adquiriendo una forma totalmente modelada por el hombre, pero que parece plena naturaleza, agreste, áspera, escarpada en algunos lugares y seca, pero naturaleza al fin y al cabo. Incluso se ha convertido en el hábitat de una mariposa de estas protegidas (la mariposa arlequín).

Además de la mariposa arlequín, en El Corvo habitan otras dos especies:

La especie de los motoristas, con tres subespecies o razas : los endureros , los crosseros y los quadtreros

La especie de los maricones : de esta desconozco si tiene subespecies o razas

Entre ambas se ha establecido una lucha feroz por la supervivencia en este peculiar hábitat. Los homosexuales pretenden minar los caminos y veredas con piedras de distintos tamaños y obstáculos variados para que los motoristas no puedan acceder a sus lugares de encuentro. Cuenta la leyenda que incluso han alambrado con espinos algunas de las sendas por las que ellos ejercitan sus acrobáticas posturas. Los motoristas por su parte, cuando observan algún pantalón bajado más de la cuenta llaman a los municipales, quienes se encargan de reconvenir y afear la conducta de los bujarras practicando incluso alguna detención si fuera necesario por escandalo público. En los momentos en los que escribo estas líneas, la partida se encuentra en tablas.)

El día de la carrera me levanté temprano y me dirigí al circuito. Tras las pertinentes verificaciones aparqué en un lugar discreto porque apenas conocía a nadie.

En ese momento llegó Murchi con Tenista. Venían desde Calahorra con una gran furgoneta de color negro brillante con un toldo lateral blanco que desplegaron en un instante. Parecían de muy buen humor y bromeaban entre ellos sin darse ninguna importancia. Sin embargo, Murchi estaba preparándose para el Dakar y a mi me parecía un dios de las motos.

Yo me considero un hombre educado, así que me acerqué con toda humildad al lugar donde habían aparcado para saludar.Y entonces, las vi. En el interior de la furgo había dos ktm perfectamente ordenadas con aspecto de nuevas y muy relucientes. Tambien aparecieron varias equipaciones colgadas e impolutas. Pero lo que mas me sorprendió del interior es una pequeña colección de cascos de todos los colores alineados y dispuestos para que estos pilotos eligiesen el que más les apeteciera. Yo, en mi ignorancia, me preguntaba cuales serían los parámetros que harían que estos héroes de la conducción endurera eligiesen uno u otro.

Así que les dejé con sus bromas y me retiré a un discreto segundo plano. A medida que se acercaba la hora del inicio de la prueba me encontraba más nervioso. Había dormido mal fruto de mi excitación. Hacía calor. Todos los competidores parecían muy experimentados y entre ellos yo me notaba como un pipiolo y tenía una cierta vergüenza.

Pensaba que todos me miraban.

Pensaba que todos comentaban cosas como “mira este abuelete decimonónico”, “no va a aguantar ni la vuelta de reconocimiento”, “vaya piernas más cortas, casi no llega al suelo”, “ le voy a pasar por encima como no se aparte de mi camino”.

La cruda realidad es que nadie me hacía ni p.. caso y cada piloto iba a su rollo.

El Director de carrera nos llama para la vuelta de reconocimiento. Nervios. Arranco mi moto con el mágico botón. Avanzo hasta el lugar donde nos va a explicar los pormenores de la carrera. Paro la moto y me coloco detrás de todos los pilotos intentando que nadie vea al abuelete que no va a llegar a dar la vuelta de reconocimiento y que tiene las patas cortas y casi no llega al suelo. Más nervios. Nos dice que el circuito es muy fácil, pero que tengamos cuidado. (Despues he podido comprobar que, en opinión del que organiza la carrera, los circuitos son siempre muy fáciles y siempre es mentira). Nos lo dice al lado de la ambulancia. Muchos más nervios. Algunos de los pilotos hacen bromas. Muchísimos mas nervios.

Decido salir el último para no molestar a estos monstruos de las carreras de enduro.

Y se da la salida a la vuelta de reconocimiento. Engrano la primera velocidad y arranco en la posición que deseaba. Todos van por delante de mí. Joder, que polvareda levantan, no se ve un pimiento.

Mierda , he olvidado ponerme las gafas. Paro y me las ajusto. Muchissimos masss nerviossss.

Vuelvo a salir. Veo en la lejanía a los primeros pilotos y voy engranando marchas y aumentado la velocidad. El circuito comienza en una vereda con varios sube y baja y voy cogiendo confianza. Tengo mi propio ritmo, lento pero seguro. Me encuentro bien físicamente y afronto la primera subida importante. La paso sin problemas. Sonrisa. Aumento ligeramente mi ritmo y afronto la segunda subida importante muy larga, con una curva cerrada en medio y muchas piedras. La paso sin problemas. Amplia sonrisa. Hay un pequeño tapon delante de mi causado por la aglomeración de los pilotos en una trialera. Paso el último, pero paso sin problemas. Un miembro conocido de la organización me anima : “muy bien, abuelete”. Enorme sonrisa. Llego a la última parte del recorrido en la que hay una subida muy empinada pero amplia, seguida de una bajada muy pronunciada casi sin pisar y con un escalón fuerte en medio. Aquí alucino. Aunque voy el último puedo ver a varios pilotos que suben y bajan estas cuestas como si fueran a subir y bajar las rampas de un garaje municipal. Yo por mi parte consigo subir y bajar a mi ritmo, lento pero seguro. Resoplo y tomo aire. El abuelete ha conseguido terminar la vuelta de reconocimiento. Enorme sonrisa de oreja a oreja.

Ya en el intervalo de tiempo que precede a la salida deambulo por el parque cerrado hinchado como un pavo. Saludo a los otros pilotos. Algunos comentan tal o cual dificultad en el recorrido y cómo la abordan. Mi humildad me impide comentar que yo también lo he pasado todo, pero mi interior esta profundamente satisfecho. Me encuentro fresco físicamente. Saludo a Murchi y Tenista y ya me considero uno de ellos.

Direccion de carrera avisa por megafonía: “3 minutos para la salida, pilotos a la línea de salida”. Me subo a la moto. Arranco con el botón mágico. Pienso: “Voy a realizar mi carrera, mi objetivo es quedar penúltimo puesto que me encuentro bien físicamente y he conseguido ser uno de ellos….”. Engrano la primera marcha y acelero. Me pongo en pie sobre los estribos (posición endurera donde las haya). Noto que el tren delantero me hace un extraño. Pienso : “una piedra, tengo que concentrarme para realizar mi carrera, he conseguido ser uno de ellos y me encuentro bien”. Para mi horror los espectadores cercanos a la línea de salida comienzan a apuntarme con sus dedos: “mira ese abuelete, el de las piernas cortas, el que casi no llega al suelo, no va a ser capaz de acabar ni la primera vuelta, HA PINCHADO LA RUEDA DELANTERA ….”

Y aquí, en la línea de salida, termino mi primera carrera.

Tensita la ganó sin despeinarse.

Saludos y vinos para todos

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Hola de nuevo a todos.

Para aclarar los conceptos he de deciros primero que esta historia pertenece al año 2009 y que la escribo desde los recuerdos que tengo en mi memoria, que ya no es la que era.

Como ya os contaba en mi presentación en este foro (ver [sPAM=http://www.2y4t.com/8/viewtopic.php?f=1&t=137240]“Me presento…para darle las gracias a Murchi”[/sPAM] , el gusanillo del enduro me picó de una manera mas bien fuerte. Al poco tiempo de tener la moto acompañé a mi hijo mayor en su primera carrera y me pareció un mundo muy peculiar y emocionante, de modo que le apunté en varias pruebas de la Rioja y Navarra. Madrugábamos juntos, viajábamos juntos, estábamos juntos, sufríamos juntos, comentábamos las incidencias juntos y yo me sentía un padre dichoso y feliz.

Mientras esto sucedía, mi peroné se iba recuperando (ver mi anterior crónica [sPAM=http://www.2y4t.com/8/viewtopic.php?f=1&t=137495]De cómo jmp61 hizo una excursión.. y de lo que aconteció)[/sPAM] y yo comencé de nuevo mis salidas con la moto. Puesto que la caída que me supuso la rotura fue muy tonta, apenas tenía más miedo del que tenía antes de la rotura. Es decir, a mi edad, bastante

Pero poco a poco, me iba notando más y más confiado. Me notaba suelto sobre la moto. Me atrevía con cuestas que al principio me parecía imposibles. Aprendí a remar con mis cortas patas (en este momento, he de recordaros de mis anteriores crónicas que aunque mis patas son cortas, el resto de mi cuerpo está totalmente proporcionado y bla, bla, bla). Me fijaba en lo que hacían mis compañeros de salidas y escuchaba atentamente sus consejos (Gracias, Germán). Era perseverante y hasta que no conseguía subir o bajar no paraba.

Y sudaba.

Sudaba a mares. Los que me conocen saben lo que puedo llegar a sudar debajo del casco. A pesar de algunos inventos inverosímiles que he probado, sigo sudando a mares debajo del casco. En realidad, es una manera de comprobar mis límites. Cuando mis gotas de sudor forman un rio que cae como una cascada, no es bucólico, es que he llegado al final de mi resistencia……

En el mes de junio me disgusté con mi hijo el mayor por el tema de sus estudios y me dispuse a darle en los morros…… Los miembros del Motoclubrioja organizaban una carrera de resistencia que consistía en dar durante dos horas vueltas por un circuito marcado en el monte El Corvo de Logroño. Así que pensé : esta es la mía. Y en lugar de apuntar a mi hijo en la dichosa carrera, me apunté yo.

La carrera se iba a celebrar en el mes de Julio por lo que intuía que el calor iba a ser sofocante. Y empecé a “entrenar”. El lugar de mis entrenamientos era el Monte del Corvo en Logroño. Los que lo conocen saben que es sencillo pero muy machacón por la abundancia de piedras que tiene en su recorrido y por el polvo (con perdón) que se acumula en sus laderas. Solía ir una o dos veces a la semana a rodar durante una hora, lo que me permitió coger una cierta resistencia física de la que carecía hasta el momento. Despues he podido comprobar lo importante que es estar en plenitud de facultades físicas y mentales para el enduro, pero eso es otra historia….

(Aquí he de hacer un inciso para hablar del lugar de mis entrenos. El monte de El Corvo es un monte municipal situado en las afueras de Logroño y que en realidad son dos montes: el propio monte de El Corvo y el de La Fonsalada. Yo recuerdo haber visto con 16 años carreras de motocross en las laderas del segundo. Pero después de aquella época dorada sufrió un abandono total y se convirtió en un vertedero. Muchas de las excavaciones y obras cercanas de la ciudad depositaban los cantos rodados y los restos de materiales de construcción en sus laderas. Con el paso del tiempo estos materiales se iban recubriendo de vegetación espontánea de manera que han ido adquiriendo una forma totalmente modelada por el hombre, pero que parece plena naturaleza, agreste, áspera, escarpada en algunos lugares y seca, pero naturaleza al fin y al cabo. Incluso se ha convertido en el hábitat de una mariposa de estas protegidas (la mariposa arlequín).

Además de la mariposa arlequín, en El Corvo habitan otras dos especies:

La especie de los motoristas, con tres subespecies o razas : los endureros , los crosseros y los quadtreros

La especie de los maricones : de esta desconozco si tiene subespecies o razas

Entre ambas se ha establecido una lucha feroz por la supervivencia en este peculiar hábitat. Los homosexuales pretenden minar los caminos y veredas con piedras de distintos tamaños y obstáculos variados para que los motoristas no puedan acceder a sus lugares de encuentro. Cuenta la leyenda que incluso han alambrado con espinos algunas de las sendas por las que ellos ejercitan sus acrobáticas posturas. Los motoristas por su parte, cuando observan algún pantalón bajado más de la cuenta llaman a los municipales, quienes se encargan de reconvenir y afear la conducta de los bujarras practicando incluso alguna detención si fuera necesario por escandalo público. En los momentos en los que escribo estas líneas, la partida se encuentra en tablas.)

El día de la carrera me levanté temprano y me dirigí al circuito. Tras las pertinentes verificaciones aparqué en un lugar discreto porque apenas conocía a nadie.

En ese momento llegó Murchi con Tenista. Venían desde Calahorra con una gran furgoneta de color negro brillante con un toldo lateral blanco que desplegaron en un instante. Parecían de muy buen humor y bromeaban entre ellos sin darse ninguna importancia. Sin embargo, Murchi estaba preparándose para el Dakar y a mi me parecía un dios de las motos.

Yo me considero un hombre educado, así que me acerqué con toda humildad al lugar donde habían aparcado para saludar.Y entonces, las vi. En el interior de la furgo había dos ktm perfectamente ordenadas con aspecto de nuevas y muy relucientes. Tambien aparecieron varias equipaciones colgadas e impolutas. Pero lo que mas me sorprendió del interior es una pequeña colección de cascos de todos los colores alineados y dispuestos para que estos pilotos eligiesen el que más les apeteciera. Yo, en mi ignorancia, me preguntaba cuales serían los parámetros que harían que estos héroes de la conducción endurera eligiesen uno u otro.

Así que les dejé con sus bromas y me retiré a un discreto segundo plano. A medida que se acercaba la hora del inicio de la prueba me encontraba más nervioso. Había dormido mal fruto de mi excitación. Hacía calor. Todos los competidores parecían muy experimentados y entre ellos yo me notaba como un pipiolo y tenía una cierta vergüenza.

Pensaba que todos me miraban.

Pensaba que todos comentaban cosas como “mira este abuelete decimonónico”, “no va a aguantar ni la vuelta de reconocimiento”, “vaya piernas más cortas, casi no llega al suelo”, “ le voy a pasar por encima como no se aparte de mi camino”.

La cruda realidad es que nadie me hacía ni p.. caso y cada piloto iba a su rollo.

El Director de carrera nos llama para la vuelta de reconocimiento. Nervios. Arranco mi moto con el mágico botón. Avanzo hasta el lugar donde nos va a explicar los pormenores de la carrera. Paro la moto y me coloco detrás de todos los pilotos intentando que nadie vea al abuelete que no va a llegar a dar la vuelta de reconocimiento y que tiene las patas cortas y casi no llega al suelo. Más nervios. Nos dice que el circuito es muy fácil, pero que tengamos cuidado. (Despues he podido comprobar que, en opinión del que organiza la carrera, los circuitos son siempre muy fáciles y siempre es mentira). Nos lo dice al lado de la ambulancia. Muchos más nervios. Algunos de los pilotos hacen bromas. Muchísimos mas nervios.

Decido salir el último para no molestar a estos monstruos de las carreras de enduro.

Y se da la salida a la vuelta de reconocimiento. Engrano la primera velocidad y arranco en la posición que deseaba. Todos van por delante de mí. Joder, que polvareda levantan, no se ve un pimiento.

Mierda , he olvidado ponerme las gafas. Paro y me las ajusto. Muchissimos masss nerviossss.

Vuelvo a salir. Veo en la lejanía a los primeros pilotos y voy engranando marchas y aumentado la velocidad. El circuito comienza en una vereda con varios sube y baja y voy cogiendo confianza. Tengo mi propio ritmo, lento pero seguro. Me encuentro bien físicamente y afronto la primera subida importante. La paso sin problemas. Sonrisa. Aumento ligeramente mi ritmo y afronto la segunda subida importante muy larga, con una curva cerrada en medio y muchas piedras. La paso sin problemas. Amplia sonrisa. Hay un pequeño tapon delante de mi causado por la aglomeración de los pilotos en una trialera. Paso el último, pero paso sin problemas. Un miembro conocido de la organización me anima : “muy bien, abuelete”. Enorme sonrisa. Llego a la última parte del recorrido en la que hay una subida muy empinada pero amplia, seguida de una bajada muy pronunciada casi sin pisar y con un escalón fuerte en medio. Aquí alucino. Aunque voy el último puedo ver a varios pilotos que suben y bajan estas cuestas como si fueran a subir y bajar las rampas de un garaje municipal. Yo por mi parte consigo subir y bajar a mi ritmo, lento pero seguro. Resoplo y tomo aire. El abuelete ha conseguido terminar la vuelta de reconocimiento. Enorme sonrisa de oreja a oreja.

Ya en el intervalo de tiempo que precede a la salida deambulo por el parque cerrado hinchado como un pavo. Saludo a los otros pilotos. Algunos comentan tal o cual dificultad en el recorrido y cómo la abordan. Mi humildad me impide comentar que yo también lo he pasado todo, pero mi interior esta profundamente satisfecho. Me encuentro fresco físicamente. Saludo a Murchi y Tenista y ya me considero uno de ellos.

Direccion de carrera avisa por megafonía: “3 minutos para la salida, pilotos a la línea de salida”. Me subo a la moto. Arranco con el botón mágico. Pienso: “Voy a realizar mi carrera, mi objetivo es quedar penúltimo puesto que me encuentro bien físicamente y he conseguido ser uno de ellos….”. Engrano la primera marcha y acelero. Me pongo en pie sobre los estribos (posición endurera donde las haya). Noto que el tren delantero me hace un extraño. Pienso : “una piedra, tengo que concentrarme para realizar mi carrera, he conseguido ser uno de ellos y me encuentro bien”. Para mi horror los espectadores cercanos a la línea de salida comienzan a apuntarme con sus dedos: “mira ese abuelete, el de las piernas cortas, el que casi no llega al suelo, no va a ser capaz de acabar ni la primera vuelta, HA PINCHADO LA RUEDA DELANTERA ….”

Y aquí, en la línea de salida, termino mi primera carrera.

Tensita la ganó sin despeinarse.

Saludos y vinos para todos

No te pegarian un pinchazo cuando te separaste de la moto para saludar a los demas? Que extraño parece eso.. de todas formas nada de que avergonzarse con dos cojones en la vuelta de reconocimiento demosytaste muxo y luego incorporandote en la parrilla de salida con todos los entendidos del mundillo del enduro igual ;)aparte mas vale que te dieras cuenta del pinchazo antes que no durante. Un saludo :)

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Después de esta primera, hubieron mas carreras?

Si, algunas más, pero eso es otra historia que algun día os contaré.........

Despues de mi primera experiencia y mi primer fiasco mis actuales carreras las afronto con dos únicos objetivos:

1.- Llegar a casa entero y sin merma de mis facultades físicas y mentales. Uno ya no esta a su edad para grandes gestas......

2.- Disfrutar de un día de enduro con la moto, la naturaleza y los amigos. (El orden puede cambiar)

Saludos y vinos para todos

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muy buena crónica y me identifico total mente contigo pues mi primera carrera me paso lo mismo , pero era de cros , era el trofeo montesa en san cugat y el neumático giro al pisar la valla de salida y arranco la balvula , se acabo la carrera , dios que disgusto , pero lo pasamos en grande aquel fin de semana

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hola jmp,, buena cronica de tu primera carrera,, una pena lo del pinchazo,, fastidia bastante,,

espero que pronto puedas volver a competir y sacarte la espina en el mundo de las carreras ,,, a partir de ahora no te animamos a escribir tus cronicas,, sino que te obligamos,, pues las relatas de maravilla,, casi como si no nosotros estaramos alli contigo animandote jejej

un saludo desde ARAGON :wink:

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